lunes, octubre 18, 2010

Me adapto a lo que vivo...

Es lunes y me encuentro en mi escritorio "typing, typing" algunos datos para unos textos y para no suturarme de tanta información, recuerdo que este espacio lo tengo un poco olvidado.
Las últimas semanas los cambios se marcan a mi favor. La llegada de un bebé hermoso, A el hijo de una de mis mejores amigas, me alegra los ojos; C el pequeño hijo de N me pide los brazos, y su papá me dice tía Diana. Es increíble como dos seres tan pequeños pueden dar tanta alegría. Estar cerca de ellos me da paz y tranquilidad.
El trabajo va, avanza adaptándome a horarios diferentes y actividades diferentes. Eso de permanecer muchas horas sentadas lo está resintiendo mi ropa. Sin contar, los fines de semana del terror donde B y yo comemos todo lo que se nos pone enfrente, con singular alegría diría M; en la casa tenemos para hacer helados flotantes, todos los carbohidratos posibles y no puede faltar la gelatina. Me he vuelto adicta a las gelatinas y a los flanes.
El nido de esta Ave Fénix es sagrado: Me gusta tener mi espacio, es divertido, si divertido; es interesante y sobre todo he aprendido más de mí.
He descubierto que disfruto de la soledad y de compartir un espacio bajo mis reglas, bajo mis deseos y sin la mirada acusadora de alguien que apruebe o no, qué y cómo lo hago.
Es bueno saber que algunas veces, sin importar a que hora llegue él está ahí esperándome.

Cambiando un poco de tema. Me hicieron salir de mi etapa misántropa hace dos fines de semana cuando conocí a una persona importante en la vida del hombre que amo y a alguien más. Estaba muy nerviosa, tensa y pues no sabía que esperar bajo las circunstancias. Puedo decir que todo fue positivo.

Me despido este lunes. Espero tengan un excelente inicio de semana, como yo lo tuve esta mañana.
Un abrazo.
Los quiere.
Dy.

martes, octubre 12, 2010

"Bitter Sweet Symphony" by The Verve

Las situaciones y las personas nunca son lo que parecen; pueden usar una máscara, aparentar otra cosa y al final el secreto a voces saldrá a la luz. Al final, nadie es feliz. Un ejemplo claro "Cruel Intentions" que muestra la otra cara de las personas.