Fui al trabajo, algunos alumnos escucharon la plática entre el profe de mate y yo, y se unieron a las felicitaciones. Salí y comí con mi amiga A, quién me invitó por mi cumple. Trabajamo en los reactivos. -Mgrmmm- ¡No me dejaron faltar por la tarde!
Durante el transcurso de la tarde recibí llamadas y mensajes de mi amigos y amigas.
Regresé a dar clase, mis alumnos, que son puros varones en la tarde, escucharon las felicitaciones de la directora y la secretaria y se unieron a las mismas. Pidieron permiso para salir a la tienda y regresaron con unos "Pingüinos" Marinela. ¡Mi vida, me dieron mucha ternura!
Salí del trabajo y me llamaron mis dos primas para saber que haría. La verdad yo no quería nada más, ya había festejado y pues no quería, tenía mucha flojera; seguía algo desanimada. Llegue a casa, me recosté un rato con la intención de dormir hasta el día siguiente, y tocó mi prima, llegó después su novio y mi su hermana. En ese momento me llamó D, quien ya me había felicitado en la tarde por teléfono; me pregunto si estaba en casa, le respondí que si y para mi enorme sorpresa me dijo que estaba afuera de mi casa. Tomé las llaves, bajé y estaba ahí parado, y me recibió con un enorme abrazo y felicitación. La verdad no lo esperaba. Lo invité a pasar cosa que rechazo porque ya era tarde, y pues vive muy lejos. Subí a mi casa y la mamiringa llegó con un pastel (no era de crepúsculo, -jiji-), después mi tía y pues le pusieron velitas y toda la cosa. Pedí un deseo con el anillo de mi tía, soplé y partí el pastel.
¡La rebanada que me comí!
Esa noche recibi dos regalos más: una blusa negra y el libro de "La Huesped" de Meyer; también una foto mía con el libro que disfruto a ratos: "La Identidad" de Milán Kundera. No se ve pero debajo del suéter negro traigo la blusa que mi hermano me regaló.
