El pasado es lo que ocurrió y se perdió en el justo momento en que ocurrió.
Hace poco más de 10 años, me enamoré como una adolescente se enamora: estúpidamente y del chico malo, malo, malo. Duró cerca de medio año. Rompí con todo lo que era, con lo que tenía, sin contar que bueno "me" alejé de todo mi mundo. Sólo "me" permitía estar cerca de un par de amigas. En resumidas cuentas, mis padres estaban en contra, yo decía si, y al final, mi enorme ángel de la guarda me cuidó, terminé esa malísima relación.
Una década después, y cada vez que pasa algo, en casa sale ese tema a relucir.
Me pregunto por que no pueden olvidarlo. Sé que fue algo malo, una experiencia, y ya. Seguí, avancé, y estoy feliz conmigo. En mucho tiempo no había sentido nada similar, tranquilidad, paz, descansar, saberme dueña de mi misma.
Entonces ocurre lo que lo mismo de toda la vida. Pleito en casa por las mismas cosas de siempre. Con los años, he aprendido o serpentaer todo.
No soy santa, lo saben, cometí un sin número de errores, unos pequeños, otros sin importancia, otros en medio de una depresión que no me permitía ver que lo cometía. No veía con claridad. Otros enormes y todavía cargo con las consecuencias.
Ahora, en este momento que replanteo mi vida de otra manera, parece que los últimos errores regresan con más fuerza. No tengo idea, ni comprendo porque, hoy, que deseo empezar algo bien, aquí en casa me recuerdan mis "mil, ocho mil errores".
Sé que a veces soy una Bruja, pero no la Mala del cuento. ¿O eso creía yo?
¡Soy la mala del cuento: no me sacrifico, sólo pienso en mí, no defiendo a mi hermano que tiene 27 años, y sólo busco mi comodidad!
Algunas personas me perciben igual, y me he encargado de que sea así. No me interesa, explicarles a ellas la causa de comportarme así. En mi defensa diré que: lo he hecho por las personas que me importan; ha sido para ayudar de alguna manera a las personas que amo; he actuado para cubrir a esas personas.
¡Y al final, no sirve de nada!
¡Ya no me defiendo! No hay nada que defender.
Me cansé de gritar, de enojarme, de enfrentarme.
Hasta el día de ayer, me dí cuenta de que el apoyo incondicional que pensé que tenía de alguien, -sorpresa- no era real. Lo tuve mientras, accedía o cedía a sus caprichos, lo escuchaba, me ponía de "salero" -en medio de la mesa de batalla-, ¡era la corre ve y dile: de los dos bandos!; y le daba por su lado para que todos salieramos beneficiados.
En cuanto dije ya no quiero eso, no me gusta, no me pondré en medio, rompo poco a poco con el triángulo, y dejo pedir un poco de comprensión. ¡Me convertí en la mala hija!
El bando A hizo alianza, reclamaron y argumentaron el presente con mis errores del pasado, como si los cometiera de nuevo. Mi cabeza giraba. Entonces pensé: ¿¡Nunca dejaran que olvidé mis errores!?
¡Y yo con cara de ¡WHAT!! No entendí nada de lo que me dijeron, y mucho menos porque estaban enojados o molestos. Se tomo una resolución, a la que dije pues si, sólo que díganme por donde porque no puedo. Un par de minutos de silencio me ayudaron. Contesté que si querían eso, eso haría. Tendría 10 días para hacer lo que tenía que hacer.
Regresé a mi cama, dormitaba y de pronto me llama de nuevo el bando A.
Cambio de planes, la resolución no era la mejor, se había tomado con enojo y precipitación. Así que se echaban para atrás. Acaté y contesté que si eso querían estaba bien por mí. No tenía nada que decir, y aunque fuera lo contrario, no me escucharían.
Eso hago con el bando A, darles por su lado, porque si no termino enojada, peleada, y el bando se puso asíporqu etenemos razón.
Me fui a dormir, no había nada más que hacer o decir.
Hoy por la mañana como si nada. Sin embargo, yo traía el sentimiento atorado. Le llamé a una amiga que me conoce desde hace 14 años y me desahogué con ella.
El bando B hizo su berrinche y desapareció de la faz de la tierra. En unos días me llamará y la verdad no sé que hacer o decir. Todo lo que diga será usado en mi contra.
Estoy agotada emocionalmente, cansada físicamente, preocupada por "mi futuro" con el Universo. No lo quiero preocupar.
Arrepentida estoy de lo que he hecho, aunque nolo crean.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No te que des con las ganas de explayarte.Vale la pena entablar una comunicación más personal. Comenta, anda... espero tus sugerencias.