lunes, noviembre 16, 2009

Reseñita de mi sábado...

Bueno... por razones de fuerza mayor como que parte del sábado y todo el domingo no tuve red no había podido actulizar o subir algo más. ¡Ahí les va mi sábado sopresa!
Estaba algo nerviosita porque pasarían por mí. Me la pasé revoloteando y preguntándole a mi hermano que tal me veía. Sólo me contestaba bien... No es que no me hubiera sentido a gusto en la forma que me había vestido, sin embargo, siempre hace falta la aceptación del sexo masculino. Terminé de dizque arreglarme, y antes de que tocaran, para relajarme un poco continué la lectura de Amanecer de Meyer. (Por cierto libro que terminé el día de hoy)
Minutos después de que comencé mi lectura, tocaron el timbre, pregunté quien era y era Aldo. Tomé mis llaves, la bolsa y mi pashmina roja. Fuimos a comer a un restaurante típico de comida mexicana, que se encuentra en la avenida de Insurgentes Sur, se llama "Fonda Santa Clara".
Ya instalados en uan mesa pedimos de entrada una chalupas que estaban ricas. De plato fuerte pedí unas deliciosas enchiladas de mole y de tomar un vaso de agua de jamaica; por cierto se nos enfrió la comida porque la plática estuvo muy amena, interesante y super fluída; para terminar un café cappuccino.
Salimos de comer y decidimos ir a caminar por las calles de Coyoacán, cosa que hicimos y después de dar varias vueltas por las típicas callecitas empedradas y por su kiosco, nos metimos a un cafecito que se llama Mohali en el que bebeimos café, café y más café. (Por la noche después de que me llevó a casa, no podía dormir. -jajaja-Al descibrir que no tenía red, me puse a leer, leer y leer Amanecer.)
La tarde se pasó rápido, a gustó y de pronto nos cayó encima la noche. Así que cuando sutilmente, empezaron a arrgelar las mesas y cerrar el cafecito, nos levántamos de ahí. El broche de oro o la cerecita de pastel fue cuando terminamos en "Play City" jugando con las maquinitas electrónicas.
Me gustó la maquinita donde aparecían unos cofres y unas monedas. La de pegaso, no me gusto, no gané. ¡Snif!
Agradezco a Aldo toda la paciencia para conmigo en eso de las maquinitas, por los obsequios, los deliciosos dulces de leche, la plática, la comida, las atenciones, pero sobre todo lo anterior por la grata compañia. Debo acepatar que me soprendió y que no esperaba pasar tanto tiempo en su compañia. 

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